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jueves, 31 de mayo de 2007

LA ASEPSIS DEL "SIN DIOS" (31 - MAYO - 2007)

Los padres, cuando deciden serlo, asumen la responsabilidad de educar, de ofrecer a los hijos los valores y principios que les permitan interpretar el mundo en el que han de vivir. Es una responsabilidad indelegable. Por eso, en condiciones normales, toda ayuda debe estar subordinada al querer de los padres: también la que presta el colegio, donde los hijos pasan más horas que con los padres. Es el colegio quien debe asumir los valores y principios de los padres, y no al revés. Por eso, es un derecho fundamental de los padres asociarse con otros padres para fundar colegios donde se compartan sus convicciones, o elegir qué colegio desean para sus hijos.
Porque no existe una educación vacía de principios. Es ése un engaño malvado muy extendido. Es el engaño de ofrecer una escuela plural, supuestamente válida para todos, y dificultar la aparición de un sano pluralismo de escuelas con convicciones que las sustenten: tan plurales como distintas pueden ser las legítimas convicciones de los padres.
Se me ocurre un ejemplo con la educación para la sexualidad. Muchos padres quieren ser los maestros en este aspecto de la formación de sus hijos. O desean que se les explique el protagonismo que tiene en la sexualidad el amor humano entre un hombre y una mujer; o el papel de Dios en el acto conyugal y en la concepción de un nuevo ser humano.
Pero viene entonces el discurso de la educación válida para todos con una sexualidad aséptica, “limpia” de valores y principios sospechosos. Y, en el mejor de los casos, y sin mentir, se habla de la anatomía y fisiología de la sexualidad. Y se elimina la referencia al amor, a la entrega sacrificada, a la aventura de la paternidad y la maternidad. Y se elimina toda referencia a Dios. Repito: eso, en el mejor de los casos.Y esta cobarde asepsia, más que lograr una educación ajena a cualquier principio, presuntamente válida para todos, ningunea esos principios hasta negarlos. Porque —y sigo con el ejemplo de antes— si existen principios que son parte esencial de la sexualidad… ¿cómo explicar a los hijos la total ausencia de referencias a ellos?

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