Archivo del blog

jueves, 15 de marzo de 2007

LIBERTAD Y PAZ (15 - MAR - 2007)

“Paz” es uno de los nombres más hermosos que Dios tiene. La palabra Paz se debe pronunciar con devoción y respeto. Ahora algunos hacen un uso pernicioso de esa palabra. Un uso grosero. Diría incluso que un uso casi blasfemo. En boca del gobierno, la palabra Paz va sonando a claudicación, a sometimiento. Con la belleza de esta palabra pretenden embaucarnos con un discurso falaz y lleno de mentiras.
En España no hay guerra, sino persecución. Las personas que la sufren no hablan sólo de paz; suspiran por unos valores que el Estado no siempre logra garantizar: la libertad y la justicia. Y el gobierno, en nombre de la paz, comete la indignidad de conceder una libertad injusta. A mí esta palabra, en boca de estos individuos, ya sólo me provoca arcadas. Son las nauseas que me causa la mentira.
Por todo esto, el sábado pasado, acompañado por un amigo, profesor, como yo, en la Universidad, marché a Madrid. Allí encontramos un ambiente festivo, alegre, lleno de colorido rojo y amarillo. No sé contar a la gente por miles o por decenas de miles, pero sí sé que vi a muchísima gente. Los accesos estaban masificados: las conexiones con la línea 2 de metro eran un hervidero humano. En la manifestación, estaba apretado por una multitud; a veces con sensación de agobio.
No vi gente extraña. Sí vi mucha gente joven. Y mucha gente mayor: me llamó poderosamente la atención ver también mucha gente muy mayor: con una edad que quizá hacía poco recomendable la aventura de estar allí. Muchos padres de familia, con sus hijos. Muchos hombres. Muchas mujeres. Mucho de todo. Pero mucho, todo, normal. Aquello fue una masa gigante de gente indignada, alegre, pacífica y normal.
A la vuelta, en una gasolinera a las afueras de Madrid literalmente invadida por más de cincuenta autobuses, y después de ver, con centenares de personas, un rato del partido Barça–Madrid, el empleado de la Estación de Servicio que me atendía me hizo ver cómo ZP había conseguido unir a los españoles: una masa enorme de personas unidas en la indignación.

No hay comentarios: